domingo, 21 de junio de 2015

Padre especial






 Papi,  a ti debemos nuestra  existencia, siempre nos diste la debida atención y, de acuerdo con tus posibilidades, lo que necesitábamos en  cada  momento. Tus jaranas eran continuas; cogernos de sorpresa y levantarnos en peso hasta donde alcanzaran tus brazos, era un deleite para ti. Acostarte en el piso con alguno de los más chicos sobre tu barriga, eso no tenía precio, lo disfrutabas al máximo, tus lágrimas brotaban de tanto reír.
Nos enseñabas a hablar correctamente.  A respetar a todas las personas, fundamentalmente a las mayores. No  permitías que nos riéramos de algún impedido físico. Nos educaste como mismo te educaron a ti.  Tú eras una persona maravillosa, muy humanitaria, te encantaba ayudar a los demás. Tus hijos seguimos tus consejos, siempre te tenemos presente porque fuiste un padre especial, no, no fuiste un padre especial, eres y seguirás siendo un padre especial. Nunca te apartarás de nosotros porque te adoramos. Sigues junto a tus ocho hijos, somos inseparables, así nos enseñaste.