martes, 5 de abril de 2016

El precio de un “buen día"






              Domingo, 03 Abril 2016 08:27
              Escrito por Zoila Pérez Navarro
Una lectora de nuestra versión impresa llamó a la redacción preocupada. "Creo que deben hablar de modales", opinó. Y para que entendiéramos su solicitud argumentó: "Por estos días nadie me ha devuelto mis saludos, ni jóvenes ni persona mayor. Cuando los repito, por si hablé bajo, me han mirado como si fuese rara. Fui al mercado a comprar y tuve que preguntarles a los vendedores si es que sus ´buenos días´ tienen también precio".
Aunque las acciones formativas nunca sobran, sucesos cotidianos como el "¿qué se dice...?" preguntado al pequeño que recibe algún regalo, o la exigencia en las aulas de comenzar cada turno de clases con el saludo y ponerse de pie cuando entra algún visitante, sustentan mi apreciación de que la causa no es el desconocimiento de las normas de cortesía.
Las aprendemos de niños en el hogar y la escuela; las exigimos a los menores, pero luego se subvalora el poder de las palabras mágicas y en la guagua, la tienda, el barrio, la calle y hasta dentro de la casa perdemos la oportunidad de regalar tanto los "buenos días" como las "gracias", el "por favor", las disculpas...
Sí, muchas veces la gente anda atareada, apresurada o concentrada en lo suyo y descuida estas reglas de comportamiento que no son privativas de los espacios formales. En consecuencia, brindan un mal servicio o provocan el malestar de otras personas.
Poco hacemos por nuestros hijos si crecen viéndonos actuar así, por mucho que los instemos a seguir las pautas adecuadas. Bien lo advierte la lectora: ser educados no cuesta nada. No ponga precio a los modales, regáleles un "buen día" a los demás y de seguro lo tendrá usted también.