sábado, 14 de junio de 2014

¿¡Cuánto hiciste, Papi!?




El girasol, una de sus flores preferidas.

  Cómo no hacer un recuento en un día tan especial como este. Recuerdo tantos trabajos que realizaste para poder mantener a ocho hijos cuando, incluso, los mayores nacieron 8 y 10 años antes del triunfo de la Revolución Cubana y tenías que hacer pininos para pagar los estudios, porque eso para ti era fundamental  en la formación de tus pequeños.
Vienen a mi memoria algunas de las labores que hiciste, como la de vendedor  ambulante, cuántas baticas  de niñas de diferentes modelos y colores, también ropa de varones, entre otras prendas de personas mayores que transportabas en las alforjas de tu caballo y recorrías  lugares hasta desconocidos por ti, pero la necesidad lo requería, la familia esperaba el regreso con el resultado del viaje que, regularmente, lo acompañaba la buena suerte, pues eras honesto y muy buena persona.
Siempre llegabas al hogar con tu buen carácter, preguntabas acerca de cómo pasaron el día; sobre la escuela, si había alguna queja, además,  hacías maldades y levantabas con tus brazos al más pequeño, hasta hacerlo reír o llorar.
 Fuiste fotógrafo, eras tan amigo de la maldad, que mi tía Margot estaba embarazada y te preguntó que cómo se le veía más chiquita la barriga, le contestaste que de perfil, cuando ella vio la foto, te quería matar. Otro día nos sorprendiste a tres de las hembras cuando nos bañábamos en una batea y nos retrataste desnudas, ¡qué pena!, cómo te reíste,  eso quedó como reliquia familiar.
 Sí, bodeguero en los años 1957-59, qué situación más difícil vivía la Isla, la bodega abarrotada de mercancía, pero la gente sin un centavo. No olvido aquel cuaderno que llevabas para anotar lo que cada familia compraba hasta que cobrara la limosna que le pagaban en labores de la caña o en otros trabajos, que la mayoría de las veces no le alcanzaba para liquidar la deuda; así pasó el tiempo, la tienda la tuviste que vender, y hasta hace poco anduvo la libreta rodando con las anotaciones de miles de pesos que nunca cobraste, sabías que la gente no daba más, a ti te tocó perder; pero ganaste amigos, te animabas y continuabas la lucha.
Con mucho sacrificio, tú y mi abuelo innovaron una pequeña fábrica de tabaco, tenían cinco empleados, más los hijos mayores que ayudaban en la elaboración de los Tabacos TATO, así te apodaban y ese era el nombre reconocido que llevaban los habanos en su anillo.
Hiciste una dulcería con la ayuda de un maestro en repostería y de tu familia. Llevabas el producto a distintos lugares de la provincia, muchos los vendías en el barrio. La gente perseguía tus golosinas debido a su calidad. Esto fue hasta que  llegó la nacionalización  a todo el país.
A partir de entonces laboraste como maestro en varias panaderías del centro de la ciudad. En esta especialidad ejerciste hasta tus 64 años de   edad, no te llegaste a jubilar, pues un cruel cáncer no te permitió que continuaras a nuestro lado, y el 2 de noviembre de 1988, desapareciste físicamente.
Padre, cuánto más hubieras hecho durante todos estos años de ausencia, fundamentalmente, la alegría estaría siempre acompañándonos. Continuarías insistiendo en el fortalecimiento de la unidad entre los hermanos, aunque esa no cambia, cada vez es más fuerte. Te acostarías en el piso a reposar el almuerzo, como solías hacerlo, y encima de ti uno o dos nietos haciéndose cosquillas mutuamente… y de tanta risa se te saldrían las lágrimas. ¡Qué bueno sería todo eso!, pero tus ocho hijos siempre te recordaremos porque hiciste cuanto pudiste, nos educaste, nos inculcaste a no mentir, a no robar, a no ser violentos, nos enseñaste a ser solidarios, a ser responsables, en fin, a ser hombres y mujeres de bien como lo fuiste tú, nuestro Papi, el mejor de todos, el más comprensivo y cariñoso.  TATO para los vecinos y amigos.


domingo, 8 de junio de 2014

Madre







Madre mía, el destino quiso que nos dejaras mucho antes de lo esperado, quizás alguna vez pensaste  que ya no te necesitábamos porque éramos mayores y podíamos estar sin ti, ¡qué error!, siempre nos haces falta, no para ayudarnos a realizar una labor, pero sí para aconsejar en un momento determinado; hablar del pasado, presente o futuro. Una conversación contigo y una sonrisa, no imaginas el valor que tienen.
Sabes muy bien que cuando enfermamos o estamos con un fuerte dolor, lo primero es ¡ay mi madre!, y con pasar tu mano o con un beso ardiente sobre nuestra frente, tal vez no del todo, pero sí alivias nuestro dolor, porque eres un ser divino que creas magias para hacer sentir bien a tus hijos.
Madre, extrañamos tu presencia, el verte sentada en tu sillón elegido frente a la televisión disfrutando del béisbol, tu deporte preferido u otro programa, esos musicales que te hacían recordar cuando bailabas y eras unas de las mejores bailadoras de tu época, tus ojos brillaban de alegría, parecía que lo vivías de nuevo, estoy segura de que así era,  pues recordar es volver a vivir.
Tú, la primera en perdonar nuestros errores porque eres comprensión, ternura, amor, energía, eres lo más bueno y bello que creó la naturaleza, estarás viva en mi pensamiento aunque pasen y pasen los años, pues ya han transcurrido  11 desde aquel fatídico 8 de junio y parece que fue ayer, porque el amor de madre es único, el más  puro y verdadero e inolvidable.
 “Toda madre debiera llamarse Maravilla.”

domingo, 1 de junio de 2014

Día Internacional de la Infancia



¿Cuántos niños en el mundo sabrán que el primero de junio es el  Día Internacional de la Infancia? ¿Cuántos pasarían esta jornada sin comer; incluso muchísimos con enfermedades curables sin asistencia por no contar con el presupuesto para pagar lo que vale la atención médica; todo ello sin imaginar siquiera la cantidad que son explotados y realizan labores que apenas pueden hacerlas por su corta edad y pequeña estatura.
Pocos serían los niños y las niñas que en el resto del mundo festejaron a sus anchas esta jornada dedicada a ellos. Todos deberían ser iguales y tener este privilegio.
Quizás Cuba sea el país donde más se divulgó y se crearon las condiciones para esta fecha, por tanto,  los infantes aquí celebraron su Día con diferentes actividades, entre estas, juegos, concursos, encuentros con la naturaleza, visitas al Jardín Botánico, al Zoológico, teatro, campismo popular, entre otras actividades recreativas, deportivas. Todo ello porque en Cuba no hay nada más importante que los infantes, porque ellos son los que saben querer y son el futuro de la Patria.
Todos los niños del mundo en PAZ deben crecer.