Día Mundial de la Mujer Rural

  

Fotos: Yaciel Peña de la Peña

En noviembre del 2007 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 15 de octubre como Día Internacional de la Mujer Rural. Esta decisión   surgió en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada por la ONU en China en septiembre de 1995, como resultado de las propuestas de la Federación Internacional de Productores Agrícolas (FIPA), la Red de Asociaciones de Mujeres Campesinas Africanas (NARWA) y la Fundación de la Cumbre Mundial de Mujeres (FCMM), por el reconocimiento mundial de los múltiples roles que desempeñan las mujeres productoras, campesinas y agricultoras en la economía y la sociedad en general.

  Las  mujeres rurales realizan diversas  labores que asumen por el bienestar de sus familias y comunidades: como madres de familia, comerciantes, campesinas y agricultoras en la producción de alimentos. Por el impacto que tiene sobre la producción mundial de alimentos fue que se decidió celebrar el Día de la Mujer Rural en víspera del Día Mundial de la Alimentación.

                             

En Cuba

 La mujer campesina desempeña un rol importante en la agricultura, en particular en el proceso productivo, ya que  participa en casi la totalidad de las actividades, labora como dirigente, técnico, especialista, obrero. Tiene que asumir muchos retos que van desde la búsqueda de los alimentos, la crianza de los niños, ayudar al esposo en las cosechas, algunas son madres solteras, esto dificulta más la labor de ellas.

  La participación en algunas actividades como las relacionadas con la  tracción animal es pobre. Tradicionalmente los hombres trabajan con animales de tiro y operaciones vinculadas con el transporte. Actualmente los hombres continúan dominando el sector a nivel de granja y en las tareas de investigación y desarrollo. Por tales motivos se debe acometer un conjunto  de acciones encaminadas a mejorar  en estos aspectos, deben incluirse  capacitaciones para las féminas y promover condiciones de trabajo adecuadas en este sector

La mujer campesina tiene que asumir muchos retos que van desde la 
búsqueda de los alimentos, la crianza de los niños, ayudar al esposo en 
las cosechas…

En esta Isla las mujeres y los hombres tienen el mismo derecho ante la ley.

A pesar de todas las leyes y los esfuerzos que se han hecho para lograr la igualdad plena de la mujer,  el hombre sigue dominando el sector agropecuario. Dentro de algunos factores que limitan la incorporación femenina al trabajo, están:
- La responsabilidad de las tareas domésticas (sobrecarga de estas) todavía recae fundamentalmente en la mujer.

- Conductas y actitudes discriminatorias hacia la mujer en el empleo (hay preferencia por el hombre para ocupar determinadas plazas, limitan a la mujer por su complexión física, tradición del trabajo masculino en algunos empleos).

-Poca capacitación para el empleo (quizás vinculada con las actitudes discriminatorias.

- Existencia (real o percibida) de inadecuadas condiciones para el trabajo.

- Valoración de posibles ausencias por problemas de niños menores, entre otras.

 Las campesinas cuentan con:

- Apoyo de la ANAP, la Federación de Mujeres Cubanas, los Comités de Defensa de la Revolución y demás factores existentes en su radio de acción.

- Cuentan con las escuelas cerca de sus hogares.

- Proyectos comunitarios.

- Clubes de Computación.

- Consultorios del Médico y la Enfermera de la Familia.

- Círculos sociales.

-  Información, pues cuentan con los medios de información masiva: radio, televisión y  prensa escrita.

A pesar de los esfuerzos y de las dificultades que existen en relación con la mujer campesina, es incomparable las que viven en este siglo XI  con las que vivieron antes del triunfo de la Revolución, pues no tenían trabajo y eran explotadas, maltratadas y desalojadas de sus bohíos. En ocasiones hasta les  asesinaban a sus hijos o al esposo. La tiranía  de Batista no entendía de bondades con las mujeres. Hoy la mujer rural tiene un espacio, el mismo de cada cubana, disfruta de todo con los mismos derechos.

 La mujer cubana no solamente participa en la construcción de una nueva sociedad, sino que decide y moldea con sus conocimientos y total entrega ese futuro con el que siempre ha estado muy comprometida.