miércoles, 1 de mayo de 2019

¡Felicidades, hermanita Migs!





“¡Esos son fellos, esos son fellos!”. Decías cuando te acercabas a una gallina sacada y a cada pollito negro le ponías un pie encima, parecía que el color negro no era de tu agrado.

El tiempo pasó y creciste. La escuela, las actividades. Seguramente tendrás en tu mente, por la fecha, aquel día que recorrimos algunas tiendas y en la vidriera de una había un maniquí girando con el letrero “¡Primero de Mayo!”, el cual completamos con “la boba dando vueltas”. ¡Cuánta risa! ¡Aún nos reímos! Viene a mi memoria la noche que llagaste de un paseo y llamaste a papi para que te abriera la puerta, y te dijo: “¿Ahora es que vienes de El Cornito?”, jugando, pero acertó, y tú calladita, calladita, entraste y te acostaste.

Al cabo de algunos años te casaste y fuiste a vivir a Holguín, allá tuviste a tu hermoso Ulises, hijo que llegó para alegrar tu vida. Y hace siete años vino Nadira, la nieta adorada que completó tu felicidad, una hermosa niña a quien dedicas todo tu tiempo, toda tu vida.

¡Ah!, vuelvo a que parecía que el color negro no era de tu agrado, pues nos equivocamos; porque querías mucho o quieres a Elsa Galarraga, maestra y vecina nuestra del reparto La Guayaba, una mulata a quien al verla, en innumerables ocasiones, decías: “Creo que va a llover porque se ha formado tremenda nube negra”: Eso demuestra que para ti todas las personas son iguales, nada de racismo; que lo de matar a los pollitos negros eran solo cosas de niños, no hay dudas.

Siento no poder escribir cuanto deseo, pues no leerían este trabajo por extenso y ese no es mi objetivo; por tanto, voy a resumir: Fuiste muy buena hija y eres excelente madre y abuela. Ejemplar trabajadora, maestra, escritora, tu precioso libro Magnolias, es un ejemplo. ¡Ah, eres una hermana especial, eres más, una muy especial hermana! ¡Muchas felicidades, Migs! ¡Que hoy sea uno de tus mejores días! ¡Que los siguientes sean mejores que el de hoy! ¡Te quierooooooooooooooooooo!

jueves, 25 de abril de 2019

La vida en un refrán





El runrún sobre lo malo que estaba el transporte para ir a la playa era la comidilla popular. Y cuando el río suena, es porque agua trae. Así que él y ella dejaron la cama con el alba. Dicen que no por mucho madrugar amanece más temprano. Pero también que a quien madruga, Dios lo ayuda. Entonces, por si las moscas, llegaron oscuro a la desierta parada.

Con los primeros claros, el lugar se atiborró de gente. Una hora, dos... ¡y nada sobre ruedas! "El que espera, desespera", dice el refrán. Y así estaban: ¡desesperados! Consideraron retornar a casa y aplazar el viaje para otra ocasión. Pero no, ¡para atrás, ni para coger impulso! Como no hay mal que dure 100 años, llegó un camión. "¡Vayan subiendo con la plata en la mano!", gritó el chofer.

Él la exhortó a subir antes de que encima del vehículo no cupiera un alfiler. Ella -¡genio y figura...!- contestó que prefería aguardar por algo más cómodo. Él le advirtió que más vale pájaro en mano que 100 volando. La dama volvió a decir que no. "La luz de alante es la que alumbra", insistió él. Ella sacudió la cabeza. El camión cargó hasta el tope y se fue.

Al mediodía aún permanecían allí. Tal vez por aquello de que rectificar es de sabios, la mujer se excusó por haber rechazado la opción del camión. "Tranquila, agua pasada no mueve molino, así que a lo hecho, pecho", le dijo él. Y, como en ocasiones lo que sucede conviene, un Lada color gris les frenó en sus cercanías. Su chofer bajó y casi se desgañitó gritándole a alguien para que se apurara.

La suerte es loca y a cualquiera le toca, por lo cual los dos corrieron. Pero -¡ay!-, no era a ellos a quienes llamaban, sino a otros "botelleros", quizás amigos, o compañeros, o parientes, o vecinos, o colegas, o vaya usted a saber qué del hombre del auto. "Quien tiene padrino se bautiza", rumió él. Pero a quien Dios se lo dio, San Pedro se lo bendiga.

La impaciencia empezó a acosarlos. Empero, siempre que llueve escampa, y a la tercera va la vencida. En medio del desánimo apareció un ómnibus. A puro empellón, ambos se abrieron paso entre quienes pugnaban por subir. Kilómetros después, les asombró ver aparcado en la carretera al camión de la historia. "¡Poncha´o!", voceó uno. "No van lejos los de alante si los de atrás corren bien", murmuró otro. Y un tercero atestó que no hay mal que por bien no venga.

Cuando, finalmente, la guagua se detuvo cerca del mar, él bajó y, antes de que otros se les adelantaran, se apresuró en ocupar una de las sombrillitas de la orilla. "¡Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente!", dijo para sí. Después, con la ayuda de ella, aseguró los bultos, porque "se cuentan cada cosas...", y más vale precaver que tener que lamentar.

Antes de zambullirse fue al bar. Los precios lo petrificaron. Pero -¡total!-, una vez al año no hace daño. "Una caneca de Habana Club y dos refrescos", pidió. "Ron sí, pero refrescos no hay ni en los centros espirituales", dijo el barman. "¡A otro perro con ese hueso!", musitó. Afuera del bar, un sujeto se los propuso al doble de su costo. Siempre que sucede igual pasa lo mismo: a río revuelto, ganancia de pescadores.

El tiempo perdido hasta los santos lo lloran, así que... ¡al agua! Él y ella galantearon, evocaron, prometieron, bebieron y se dejaron tostar por el sol y la sal. "En el mar la vida es más sabrosa", dijeron. Al reclamo de sus estómagos, fueron a almorzar. El restaurante resultó más rollo que película: ¡ningún plato con pescado! El refrán nunca falla: en casa del herrero cuchillo de palo. Pero cuando hay hambre, no hay pan duro. ¡Comieron! Y barriga llena, corazón contento.

Con un sol que rajaba piedras y sudando a mares regresaron a su sombrillita en la arena. Se la habían encomendado a sus vecinos de ocasión, a todas luces buenas personas, aunque sin perder de vista los bultos, porque en la confianza está el peligro. Les agradecieron y compartieron con ellos café y dulces traídos de la casa. ¡Haz bien y no mires a quién!

Atardecía cuando resolvieron darse otro baño. Pero el cielo empezó a nublarse y él propuso salir antes de que se desatara el temporal. Ella dijo que la lluvia no era inminente. Aún así, como no hay peor ciego que el que no quiere ver, y como más sabe el diablo por viejo que por diablo, salieron.

Empacaron de prisa y fueron a buscar algo en qué regresar a casa antes de que anocheciera. El dueño de un "almendrón" les propuso hacerlo por una cifra de infarto en moneda nacional. "No, hasta allá no llegamos", reconoció él. Más allá, otro conductor devino el mismo perro con diferente collar.

Un sujeto de aspecto honrado -¡cuidado, que el hábito no hace al monje!- se brindó para llevarlos en un Hyundai. "¿Cuánto cobras?", inquirieron. Les respondió con un tímido y engañoso "20 pesos". Pensando que era una ganga, accedieron. Ya a bordo, el chofer les advirtió: "20 pesos son 20 CUC".

Y en ese momento de desconcierto, irritación e impotencia, él no tuvo a mano un buen refrán para responderle.

Tomado de 26 Escrito por Juan Morales Agüero

domingo, 7 de abril de 2019

Vilma, por siempre


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Hoy cumpliría 89 años la heroína de la sierra y el llano, la eterna presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). La combatiente, dirigente, amiga, madre, esposa, la mujer que dedicó su vida, fundamentalmente, a las féminas, siempre luchó por la emancipación de ellas, por el bienestar de las familias, de los niños, ancianos, por todo lo que consideraba debía ser mejor. Siempre estará presente en la organización femenina, en la mujer cubana, en el pueblo todo. 
Fotos: Tomadas de Google

Pioneros y jóvenes celebran sus aniversarios


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Celebraron aniversarios 58 y 57 de pioneros y jovenes, respectivamente, en la provincia de Las Tunas. Diferentes actividades realizaron los homenajeados en esta ocasión, el trabajo productivo destacó entre las demás acciones. Los muchachos disfrutaron de muchas opciones: trabajaron, jugaron, cantaron, bailaron, dibujaron, en fin, pasaron buenos momentos en esta jornada dedicada a quienes continuarán el legado dejado por el Líder de la Revolución, Fidel Castro Ruz, ellos son el futuro de la Patria.

Fotos: Reynaldo López Peña

miércoles, 20 de marzo de 2019

Una guirnalda para el Tata





Las Tunas.- El Premio Provincial de Periodismo Rosano Zamora Paadín por la Obra de la Vida estimuló este año al periodista Hernán Bosch Carralero. El currículo del Tata, como lo llamamos cariñosamente sus colegas, inclinó la balanza a su favor entre los otros candidatos. Pasada la euforia por el justo laurel, este colega jubilado, amigo de la pelota y del buen escribir, accedió a exprimirse las neuronas para develar a 26 detalles de su carrera.

-Hernán, háblame de tus orígenes y de tu núcleo familiar.

-Provengo de un hogar humilde de Puerto Padre. Mamá era ama de casa y papá estibador. Al triunfar la Revolución, a él lo hicieron capitán y lo pusieron al frente del Vivac de la ciudad. Casi todo el tiempo permanecía en su trabajo. Me parece verlo de pie, leyendo periódicos bajo un bombillo. Llegaba tan cansado que si se sentaba se dormía.

-¿Qué recuerdas de tus primeros años escolares?

-Inicialmente estudié en mi ciudad natal, tanto en escuelas privadas como públicas. Antes de cumplir los 11 años fui alfabetizador en aquella campaña legendaria de 1961. Al terminar la Secundaria, gané una beca para cursar el Bachillerato en La Habana. Fui un buen estudiante, en especial en Lengua Española, mi materia favorita.

-¿Cómo te vinculaste con el periodismo y a su ejercicio?
-Fue cuando regresé a Puerto Padre, al concluir mis estudios en la capital. Me enteré que había una prueba de ingreso para estudiar esa carrera en la Universidad de Oriente. Me presenté y la aprobé. En 1974 me gradué de licenciado en Periodismo. La AIN se había acabado de fundar y pasé a integrar su corresponsalía en Oriente.


-Me imagino que tuviste bastante trabajo en aquella etapa...
-Entre 1974 y 1977 cubrí para la AIN varias visitas de Fidel a Santiago de Cuba, en compañía de jefes de Estado de otros países, como el canadiense Pierre Trudeau, el angolano Agostinho Neto, el panameño Omar Torrijos, el polaco Edward Gierek, el soviético Alexei Kosiguin... También reporté los recorridos que hacían Juan Almeida y Armando Hart. Ellos eran, por entonces, el delegado del Buró Político del Partido y el secretario de esa organización en Oriente, respectivamente.


-Tengo entendido que en 1977 viniste para Las Tunas...
-Sí, a trabajar en la corresponsalía de la AIN. De esa etapa recuerdo que cubrí la visita que hizo Fidel a la provincia el 20 de enero de 1978. Ese día inauguró la terminal de azúcar a granel en Puerto Carúpano y visitó el Coloso Antonio Guiteras. Años después fui jefe de Redacción de 26, el periódico provincial, que por aquel entonces era diario.


-Como agenciero, ¿tienes preferencia por la nota informativa?
-Aunque la inmediatez le exige a la AIN especialización en la noticia, me encantan también el reportaje, el comentario, la entrevista, el artículo... En estos 45 años de trabajo escribí cientos sobre los más diversos temas. Muchos fueron replicados por otros órganos, como aquel de un aniversario de la muerte de Carlos Marx, publicado por casi todos los periódicos provinciales y hasta por varias embajadas.


-¿Qué atributos debe tener quien se dedique al periodismo?
-Primero, honestidad al escribir y eludir los rodeos y las banalidades. También debe poseer cultura general, que por lo común, se adquiere en los libros. A un periodista no le puede resultar ajena la literatura. Cuando se lee mucho, además de conocer mejor el mundo, se mejora la ortografía y el estilo. Y, ante la duda, consultar. Un buen diccionario suele ser un excelente compañero de viaje para los periodistas.


-¿Sientes que el periodismo y su ejercicio te han hecho feliz?
-¡Pues claro que sí! Eso a pesar de que el corresponsal de las agencias de noticias casi siempre es anónimo, pues su nombre no figura al pie de sus informaciones. Sin embargo, cuando escribes un servicio especial y alguien que lo leyó te felicita en la calle, olvidas eso y te convences de que, en efecto, ¡vale la pena ser periodista!


-¿Esperabas que la UPEC te premiara por la Obra de la Vida?
-No sé si lo esperaba, pero te aseguro que recibirlo a estas alturas de mi vida constituyó una de las mayores alegrías de mi carrera.



Tomado de 26 Escrito por Juan Morales agüero Foto: ReyLópez