Se levanta aproximadamente a las 5:30 de la mañana. Realiza los trajines
mañaneros, prepara la leche de la criatura, el desayuno, el aseo. La vestimenta
de cada uno es impecable. Ella, maquillada y con un agradable aroma, sale apurada hacia
el círculo infantil o semiinternado para dejar a su retoño, al que despide con
un ¡pórtate bien!, un beso y un hasta la tarde.
Rápidamente sigue rumbo a la parada de la
guagua, ruega que aparezca una lo antes posible para estar a tiempo en su
centro laboral, lo logra, llega y saluda
con una sonrisa a flor de labios, si hay alguna dificultad en casa, hace todo
lo posible por no reflejarla; además de realizar
su trabajo, cumple con otras responsabilidades como secretaria del Partido
Comunista de Cuba, de la sección sindical, u otras tareas a ella asignadas.
Transcurren las horas y termina agotada su
actividad diaria, mas no puede rendirse, sale y retorna al círculo infantil o
seminternado en busca de su criatura que ya está desesperada por su mamá.
Continúa el recorrido hacia la casa, llega y nada de coger un diez, solo
cambiarse de ropa y de calzado para sentirse cómoda, tiene que aprovechar el
tiempo, inicia la elaboración del alimento de la familia; la tarea de la
escuela y el baño hay que guiarlos. Seguidamente
el fregado y organización de la cocina, también
la preparación de la merienda para el otro día. Revisa los zapatos por si hay
que pasarles el cepillo, los uniformes
solo tomarlos de la percha, aunque es posible deba hacer alguna “palomita”.
Quizás en ciertas ocasiones pueda sentarse a ver
la Telenovela ,
porque la Mesa Redonda
y el Noticiero Nacional de la
Televisión , regularmente los escucha mientras realiza los
quehaceres, pues esos horarios son muy complicados para una madre soltera
trabajadora, y para otra con poca ayuda
o ninguna de su pareja. Es posible que alguna tenga la dicha de contar
con un esposo considerado y responsable y la ayude en casi todo.
El sábado y el domingo no tiene que ir al
trabajo, sin embargo, no descansa, estos días son complicados, aparte de lo
cotidiano del hogar, le espera el lavado de la ropa de la semana, planchar,
coser, hacer limpieza, y luchar duro un espacio para arreglarse el pelo y las
manos, porque si no se apura, el tiempo no le alcanza.
Así les ocurre a todas las trabajadoras,
muchísimas tienen más de un hijo. Incontables estudian y son ejemplo ante sus infantes.
La jubilada y la ama de casa no escapan del constante trajín, aunque no es igual porque cuentan
con más tiempo y no tienen que salir a
la calle todos los días, pero se les suman otras responsabilidades como el cuidado de los
nietos, bisnietos, sobrinos; la bodega, la farmacia y cualquier otra labor, el
descanso es poco, en el hogar asume disímiles tareas y, al igual que la
trabajadora, desempeña tareas como integrante de la Federación de Mujeres
Cubanas y de los Comités de Defensa de la Revolución , entre otras.
Todas las
actividades que realiza la mujer constituyen motores impulsores y
estimuladores. Son factores que contribuyen a una realización en el plano
espiritual y un crecimiento de su personalidad que la hace imprescindible.
La mujer cubana no solamente
participa en la construcción de una nueva sociedad, sino que decide y moldea
con sus conocimientos y total entrega ese futuro con el que siempre ha estado
muy comprometida.
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