De que el
amor a primera vista existe no hay dudas, también ese que hay que luchar,
para este segundo caso el hombre, al fin más osado y con eso de llevar la voz
cantante y dispuesto a lograr su objetivo, aunque la muchacha no muestre ningún
interés, este persevera y persevera, cuántos halagos, mimos, promesas,
obsequios, invitaciones, hasta que por fin la conquista.
Esta pareja
comienza una bonita etapa en la vida, amor, comprensión, respeto, ayuda mutua.
Al cabo de dos años o más aparece el primer bebé, qué emoción, luego una o dos
criaturas más, se ha formado una familia, un hogar alegre y feliz, lleno de
risas, a veces llanto, luego peleas entre los pequeños, todo eso que sabemos
existe entre ellos.
Pasa el
tiempo, los niños crecen, van a la escuela…
La pareja, sí, ¿qué pasa con la pareja? No se
sabe, las relaciones no andan nada bien, el motivo, solo ellos lo saben, lo
cierto es que comienzan algunas discusiones, incluso delante de los niños. A
medida que pasa el tiempo, los problemas son más frecuentes, más serios y más insoportables.
Cada vez la
situación se torna peor, pues ya la pareja no conversa para analizar los
problemas, gritos, ofensas y con
amenazas, incluso, en ocasiones, la mano levantada a la dama. Los hijos a
llanto vivo, asustados, ven y escuchan cada pelea, ruegan, ¡mamá, papá, ya!
Nada, no oyen.
Increíble, no
se sabe la causa, pero murió el amor, se acabó el respeto, la única solución:
el divorcio.
Los motivos
que condujeron a esta separación no tienen tanta importancia como todas las
reyertas delante de los niños, quienes como una esponja lo recogen todo y lo
almacenan.
Para nadie
es un secreto cuánto dañan a los menores
esas riñas, perjudican en los estudios, en el desarrollo de capacidades y
habilidades, pueden volverse agresivos, tanto en el hogar como en la escuela,
es decir, en todo lo que tenga que ver con el comportamiento.
Los padres
no deben pelear delante de los niños, deben tener en cuenta que cuando iniciaron
las relaciones todo era maravilloso, por tanto, si ya no pueden continuar unidos, lo mejor es
divorciarse y de la mejor forma, como personas civilizadas, sin dañar su imagen
y perjudicar lo menos posible a los hijos.
Recuerde que los niños crecen y llegan a
adolescentes, a jóvenes, a adultos, y usted, papá o mamá, seguramente en algún
momento va a reclamarle a su hijo por algo incorrecto, tal vez porque peleó con
un compañero de aula, o con su pareja, entonces es cuando su hijo lo juzgará,
pues él no ha olvidado el pasado y le dirá que usted no tiene moral, que fue un
espejo en el cual se miró, un ejemplo que siguió.
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