La vida de un ser humano
tiene varias etapas y la adolescencia es una de las más complicadas; es en esta
cuando se quiere ser hombre o mujer y se
busca la forma de imitar, probar, destacar. El enamoramiento asoma enseguida
como algo muy natural. Los varones se sienten atraídos por las chicas y
viceversa. Comienza un mundo nuevo y
lindo para ellos, desconocido hasta entonces.
Las relaciones entre la
pareja inician y la idea de llegar a lo máximo es la que no se quita de la
mente, fundamentalmente del joven, quien casi siempre tiene la iniciativa, la
de hacer el amor, momento para el cual no están preparados todavía, pero lo
hacen, sin tener en cuenta los perjuicios que ocasionará este acto, ya que no
tienen ni edad ni experiencia alguna.
Luego llega el susto, la
joven está embarazada. Los padres no saben nada, ni siquiera de esa relación,
pues no son todos los hijos que tienen confianza con sus progenitores. ¿Qué
hacer? Algo difícil en este caso, hablar con los padres. Enseguida aparece la
solución, hacerse la interrupción porque “ella es una niña y no debe parir,
además, los estudios, y qué dirá la gente”. Piensan en la solución, pero no en
los riesgos que esta puede ocasionar.
En Cuba el aborto es legal,
es un derecho que tiene la mujer desde 1965, este se realiza como máximo en la
décima semana de embarazo y a partir de
ese tiempo solo se hace por cuestiones de salud. Independientemente de que la
interrupción del embarazo es un procedimiento legal en este país y
lo realiza un personal especializado, no debe hacerse un uso indiscriminado de
ese derecho, así lo consideran los especialistas.
Es
importante detenerse a pensar en que el aborto es un método “a ciegas” y tiene entre sus
principales complicaciones las que se derivan del uso de la anestesia, también
la perforación del útero con lesión o no de órganos vecinos, laceraciones
cervicales, hemorragias uterinas asociadas o no a un aborto incompleto e
infecciones. Además, a más largo plazo puede presentarse el embarazo ectópico,
inflamación pélvica crónica e infertilidad.
A
los (las) adolescentes no debe prohibírseles las relaciones sexuales tempranas,
pero sí hacerles saber lo que está
acorde con su edad, explicarles y enseñarles todo lo relacionado con su sistema
reproductor, las infecciones de transmisión sexual y, sobre todo, cómo prevenir
un embarazo con el uso de los diferentes métodos anticonceptivos disponibles,
así como los riesgos de este y la interrupción para la adolescente.