La ciudad de Las Tunas está rejuvenecida
domingo, 23 de febrero de 2014
Confesiones de un binomio: Suegra y Nuera
Respecto a las suegras y las nueras se habla bastante, pero se escribe
muy poco, quizás por lo engorroso que resulta el tema. Acerca de la suegra, la
peor, según muchos, se han ideado miles
de chistes en los que el elemento bromista toca con frecuencia el mal gusto.
Incontables personas consideran que ella es una mujer que opina y dispone sin
que nadie se lo pida.
Las relaciones entre estas féminas se desenvuelven en un peliagudo
equilibrio junto al ser amado: hijo-marido, quien la mayoría de las veces no
actúa como mediador entre estas, algo indispensable para lograr la comprensión, pues cada una considera tener
la razón; para él, su madre y su esposa tienen gran significación en su
existencia, ya que a ellas lo une un vínculo determinado que inexcusablemente
influye en las relaciones suegra y nuera.
Para conocer críticas y opiniones acerca de este asunto, aquí tiene
varias confesiones de cada una de las partes, aparecen solo los nombres para
que ninguna se sienta comprometida.
NUERAS:
María: mi suegra no era
mala, pero sí recta, dominante, hablaba alto, protestaba cuando algo no le
gustaba, regularmente discutía con sus hijos y dejaba ver claramente cómo debía
hacer las cosas cada uno, yo la escuchaba y no me gustaba cómo se expresaba
porque en ocasiones se le escapaban
palabras obscenas, mas yo trataba de interiorizar cada orden y no contestaba nada, puesto que no se dirigía
a mí directamente. Quizás el endurecimiento de su carácter se debía al trabajo realizado por ella para criar sola a
sus cinco hijos, en situaciones muy difíciles.
Nunca tuvimos problemas, nos
queríamos y nos respetábamos mutuamente.
Ella quería mucho a mis
hijos y los ayudaba en todo lo que
tuviera a su alcance, y llegada la ocasión, también los regañaba y castigaba
por algo mal hecho. Como abuela fue muy buena.
Le agradezco muchísimo todo cuanto me enseñó, yo era jovencita y no sabía hacer casi nada, ella
era una persona trabajadora, honesta, sumamente pulcra.
Yanelis: esa señora es
una villana, todo lo quiere saber, controla cada paso que damos, saca cuentas
del último centavo gastado, a veces discutimos y enseguida finge estar grave,
la presión, la presión, es tremenda actriz, menos mal que ya el hijo la
conoce como si fuera él quien la hubiera parido a ella, por tanto, no le hace
caso, y yo menos todavía, sus obras de teatro ya no engañan a nadie, ni
siquiera a los niños.
Margarita: yo no tengo
quejas de mi suegra, era muy buena conmigo, me trataba como a sus hijos, el trabajo
nos lo compartíamos, al igual que los momentos agradables y desagradables; nunca
tuvimos problemas, a mis niños los adoraba y cuidaba al igual que nosotros,
comprendía lo mal hecho y estaba de acuerdo con los regaños o castigos que les
imponíamos a los pequeños, nos entendíamos a las mil maravillas, nos respetábamos
y queríamos mutuamente, para mí fue como una segunda madre.
Martha: mi suegra era
muy peleona, quería que hiciéramos las cosas a su manera, tenía que saber el
precio de todo lo que comprábamos, hasta del papel higiénico. Protegía demasiado a nuestros
hijos, no podíamos regañarlos por lo mal
hecho porque enseguida nos quitaba la razón, discutíamos con frecuencia, era
una guerra, la cual terminó cuando nos fuimos a vivir solos. A partir de ese
día las relaciones mejoraron entre ella y yo, también la atención y el cuidado a
los niños.
Elsa: mi suegra era
recta, pero buena, nunca tuvimos problemas, nos llevábamos bien, compartíamos
los quehaceres y me enseñó a hacer muchas labores hogareñas. Ella no permitía
que nadie fuera a hablarle mal de sus hijos,
las nueras no podían ponerlos en contra unos de otros, eso no lo
admitía, ellos debían hacer lo que ella entendía, claro, siempre a favor del
matrimonio. Defendía la unión de la pareja para que los descendientes crecieran
con sus padres.
Marilú: bueno, yo diría
que mi suegra era bastante zorra y desvergonzada, aceptaba que los hijos
llevaran otras mujeres a su casa, no valoraba a las esposas, ni le preocupaba
que se fueran a enterar de esos actos tan desagradables. Yo no tuve problemas
con ella, hice tremendo esfuerzo, porque muchas veces decía cosas como para
“matarla” y yo callaba, no le hacía caso. Nunca me enteré de que mi marido
tuviera una amante, pero considero que al
igual que a las demás, a mí también me
lo hicieron; sin embargo, ahora yo soy quien la cuido en su cama de pena. ¿Castigo
para quién? ¡Vaya recompensa por mantener una familia!
Leonor: de mi suegra ni
me preguntes, porque no la soporto, mete las narices en todo, quiere gobernar
al hijo, parece que ella es la mujer de él y no yo, ¡Oye qué vieja más
jodedora!, creo que está falta de
marido. Esta situación es muy difícil para mí, yo no soporto que se estén
metiendo en los asuntos de mi pareja. Si él no se pone para las cosas y le
canta las 40, me veré obligada a
decirle: ”Aquí tiene a su bebé, las órdenes se las da a él, a mí no me manda
una suegra, eso no va conmigo!”
SUEGRAS
Míriam: mi nuera es una
muchacha muy correcta, es buena, trabajadora, cariñosa y dedicada a su pareja y
a los niños, pero no oye consejos, a veces le digo que haga algo de tal manera
porque es más cómodo o más económico y se pone seria y me responde que a ella
le gusta hacer las cosas a su forma, que así lo aprendió de su mamá o de su abuela. Si intento ayudarla en alguna
tarea, me dice, no, no, yo lo hago ahorita o después, no coja lucha. Cuando
logro hacer algo, sé que no le gusta porque disimuladamente va y lo cambia de
forma o de lugar. Mi relación con mis nietos sé que la acepta, pues lo refleja en su carácter. Si le
pregunto algo acerca de alguna situación específica entre ella y mi hijo, elude
la respuesta. Todo esto demuestra que no admite o que no acepta recomendaciones de nadie, o por lo menos, las
mías. No se deja guiar, piensa que no lo necesita.
Iris: mi hijo y mi
nuera comenzaron una bonita relación, enseguida quedó embarazada, nació el
bebé, ¡qué alegría en el hogar! El niño crecía sano y feliz. Todo estuvo muy
bien hasta que un buen día, o mal día, apareció otro hombre a la vista de la
madre de mi nieto; imagínese, traición en la pareja, qué hacer, pues lo más
prudente, el divorcio, eso no admite discusión. ¿¡Cuánto hemos sufrido por esta
separación y cuánto ha dañado esto al niño!?
Independientemente de lo ocurrido, yo sigo apoyando a la mamá de mi
nieto, ya él tiene 8 años y sabe mucho. Todo lo que hago es por su bien y para
que sufra lo menos posible la ausencia de su padre, porque entre otras cosas,
él desea que sus padres se junten, algo que no va a suceder, pues ambos ya están
matrimoniados, sin embargo, yo sigo con la
misma función, ayudando a mi exnuera, a pesar de cargar por siempre el dolor de
la traición.
Nuris: la NO ERA , digo así, porque esa
no era la mujer que yo quería para mi hijo, no reúne las condiciones de una
buena muchacha, opino que no es buena, quisiera que se buscara otra, esta no se preocupa por sus cosas, yo
tengo que estar al tanto de su ropa y de lo demás, a ella solo le interesa presumir y estar a la moda, actúa
como si no tuviera marido, no estudia ni trabaja, ni ayuda en la casa, y lo
peor de todo, mi hijo no se da cuenta de esta situación, está demasiado
enamorado, ella cree merecerlo todo, para eso que no tenga marido. Realmente lo único que puedo
hacer es esperar un poco a ver si hay
cambios favorables.
Iraida: esa y yo somos
enemigas, parecemos perra y gata, cuando nos hablamos es para reñir, y falta poco para irnos a los
puños, pero el culpable es mi hijo, porque
el papel de él como hijo-marido es determinante. Él debe poner los límites y mediar entre nosotras, mas
no se
da cuenta de lo mal hecho, porque la casa es mía y él sabe que a mí hay que
respetarme, si yo digo, no me toquen eso, no lo toquen, y ella hace lo que le
da la gana; fíjate que compró unas cortinas de encaje y quitó las que estaban
puestas que eran mías y le dije: no me vayas a picar esas, bueno las picó e
hizo unos cojines, lo primero que ella debió hacer fue decirme la idea que
tenía, quizás yo hubiera aceptado, pero a la mala sí que no, ella es muy atrevida.
Edilia: mi nuera es
buena y trabajadora, quiere y ayuda mucho a mi hijo, adora a sus bebés, aunque no
le gusta que le sugieran nada con relación a ellos. Trato de ser de la mejor manera posible, la apoyo en lo
que pueda, actúo en correspondencia con el momento, aconsejo e intervengo en alguna
discusión, si es necesario. Intento ser lo más justa posible para no lastimar a
ninguno, porque los quiero a los dos, aunque él sea mi hijo y mi amor por él, mucho mayor, además, pienso en la
felicidad de ambos y en la de mis nietos.
Lourdes: ayudo a mi nuera
en todo cuanto puedo, nos compartimos las tareas del hogar, salimos con el
niño, aconsejo, oriento cuando el momento lo requiere, ayudo a cuidar a mi
nieto, lo educo, soy su segunda madre, su enfermera, su maestra, su nana,
auxiliar pedagógica, para él yo soy lo más importante en su vida y él lo es
todo para mí.
Hay un refrán que dice:
”Recuerda nuera que más tarde
serás suegra”.
Eso no falla. Hay que tratar de sobrellevar la situación, cada parte del
triángulo suegra, nuera, hijo-marido, debe autoanalizar su forma de actuar para
que las relaciones mejoren por día, los niños crezcan sanos y sean felices, y las familias vivan en paz.
miércoles, 12 de febrero de 2014
¿Qué es el Amor?
El amor es tanta cosa a la
vez que no se puede explicar. Es la pasión que atrae a un sexo hacia el otro,
aunque puede aparecer en personas del mismo sexo. No tiene edad, ni límites, no
importa raza ni credo alguno. Puede ser platónico. Puro, sin mezcla de interés
o sensualidad. Romántico, celoso, comprensivo, osado, adulador, desmedido.
Hace cosas increíbles,
imaginas que llegas a lugares bellos adonde hay paisajes jamás vistos, ríos con
hermosas cascadas y te detienes allí, te sumerges, dialogas con la pareja amada y conoces sus
gustos e intereses y los satisfacen en parte.
Esta pasión es el tema más común del que hablan las personas y, sobre
todo, es lo más perseguido por el ser humano, es un sentimiento tan potente que
mueve montañas, hace reír, llorar, temblar, correr, quedar estático, mudo.
Hace magias, pues son varias las
noches con insomnios o soñando maravillas con tu pareja, en ocasiones contraes
nupcias y pasas la luna de miel en otro país y disfrutas a plenitud hasta
despertar casi a punto de una asfixia con la almohada abrazada, ya rasgada de
tanto apretarla y de besarla a más no poder…
La naturaleza de forma
evolucionista creó el sentimiento del amor que hace que dos personas (de
distinto sexo) se sientan muy atraídas para que así estén juntas, compartan
esa pasión, procreen y garanticen la perpetuidad
de la especie, pues genética y biológicamente ese es el fin del amor de la
pareja.
Infinidad de lugares como la
hierba, hasta mojada por el rocío, las playas, los ríos, los bosques, bajo la lluvia, en desvanes, entre
otros, son usados por los verdaderos enamorados, esos que consideran a esta
pasión como una locura, y hacen sus “nidos” en los que han concebido a sus descendientes.
Aunque tengan
hijos, no todo amor es perdurable. Cuando comienza fuerte, casi nunca dura para
siempre, y no es que la magia se extinga, esto significa que es algo normal y su
permanencia es relativamente corta.
El verdadero amor
es cuando quieres a tu pareja, la deseas, le dedicas la debida atención, le
tienes cariño, confianza, realizas esfuerzos para mantener viva la llama de este sentimiento, pues
siempre aparecen situaciones difíciles que hay que saber soportar, así como el
momento y el lugar idóneos para analizarlas.
¿Que si el amor
perdona la traición?
Bueno, depende, porque cada matrimonio es un
mundo aparte y sabe lo que es capaz de soportar, son múltiples los que han
perdonado… Lo cierto es que aunque existan diversas opiniones y cientos de críticas,
los enamorados actúan según sus intereses y necesidades sin importarles el qué
dirán, pues son responsables de sus actos, y como dicen algunos “el enamorado
lo mismo se vuelve loco que se pone bobo”.
Compartir la tristeza, el
dolor y las alegrías, son cosas del amor, como lo son, también, los deberes de
la familia, del hogar, la responsabilidad de la escuela de los hijos y del
trabajo de cada cónyuge.
Algo que no debe faltar a una
pareja para mantener su relación es buscar paz, comprensión, luchar por llevar
una vida feliz. Cultivar diariamente esa pasión y
abonarla es lo mejor para que perdure; muchos detalles contribuyen a ello: la
convivencia familiar en armonía, la sinceridad, las caricias, la entrega de una
flor, un beso inesperado, un abrazo, un poema… Seguro que con estos
procedimientos y con el decurso del tiempo, se llega a las bodas de Bronce, Plata
y Oro.
martes, 11 de febrero de 2014
jueves, 6 de febrero de 2014
El privilegio de llegar a viejo
Llegar a viejo es un
privilegio, de eso no hay dudas, aunque sea una etapa bastante difícil; sin
embargo, existen cientos de personas jóvenes y no tan jóvenes que no aceptan esta realidad, e incluso, subvaloran
a quienes tienen o pasan los 60, 70…
Si es una mujer, la crítica
es desde el pelo, el vestir, maquillaje… hasta los zapatos. De forma similar
ocurre con el hombre, que a pesar de este no llevar tantos “ingredientes”, no escapa de la
murmuración.
Y qué decir de las
actividades que realizan estos hombres y
mujeres: si bailan, si cantan; si
asisten a la playa, al campismo, o a cualquier otro lugar, no falta la mirada
irónica.
En lo relacionado con el
trabajo, si llegó a la edad de jubilación y no lo ha hecho, se escucha casi a
diario, “yo no sé que hace aquí”, “si fuera yo no estaría por todo esto, qué
va, ni loco”, “es mejor estar en la casa, aunque sea viendo televisión”.
Acerca del estudio opinan que
“a estas alturas haciendo una maestría,
está loco”, “será para que le echen el título en la caja, si es que llega a
graduarse porque ya está pasado de años, ya le debe unos cuantos al cementerio,
eso es un disparate, el tiempo de estudiante ya pasó”…
La muerte no tiene una edad
determinada, a cualquiera le toca, independientemente de que lo normal es que
sea por
vejez; bueno, lo mejor es no pensar en eso.
Cuando una persona mayor
determina realizar estudios es porque tiene interés y está apta. Es cierto que
en Cuba en muchos centros de trabajo se ha exigido por la superación, pero
siempre teniendo en cuenta quiénes deben o pueden hacerlo de acuerdo con la
labor que desempeñan.
Cientos de maestros jubilados
se incorporaron a las aulas y
realizan su labor con calidad; lo que no quiere decir que en un momento
determinado alguno pierda capacidades, pero esto puede ocurrir a cualquier edad y en cualquier
sector.
Hay personas que por X
motivos se han visto incapacitadas para realizar determinado trabajo, sin
embargo, han cambiado de labor y el resultado
ha sido excelente.
Fidel Castro Ruz, Líder Histórico
de la Revolución Cubana ,
es un ejemplo, primero como presidente, cuánto hizo; luego, un excelente periodista,
y qué decir de sus reflexiones, ¡vaya lucidez, visión, entrega!…
En los próximos años Cuba enfrentará el gran reto del
envejecimiento acelerado de su población, pues es uno de los países más
envejecidos de América Latina, de acuerdo con los resultados del Censo de
Población y Viviendas realizado en el 2012. ¿Quiénes conformarán esa
estadística? Los que no quieren ser viejos y, por demás, no ven al adulto mayor
como un ser con las mismas necesidades e intereses de los demás.
La mayor de las Antillas cuenta con un 18,3 % de su población
mayor de 60 años, lo que vaticina que para el 2050 estará situada entre las más
envejecidas del Planeta, entonces, ¿qué pasará con los que hoy no aceptan esta
realidad?
Si es usted
de los que piensan y actúan en contra de los adultos, debe cambiar de
idea, tenga presente que todos los seres humanos no son iguales, muchos tienen
deseos y posibilidades de hacer ahora lo que no pudieron cuando joven. Además,
mientras la persona esté lúcida, puede hacer cuanto pueda.
Amigo, no critique las buenas
acciones de los que peinan canas, ellos, cuando menos le aportarán será un buen consejo; estimúlelos a continuar su vida y, ante todo,
prepárese, fertilice su terreno porque es posible que usted tenga el privilegio de llegar a viejo.
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