El amor es tanta cosa a la
vez que no se puede explicar. Es la pasión que atrae a un sexo hacia el otro,
aunque puede aparecer en personas del mismo sexo. No tiene edad, ni límites, no
importa raza ni credo alguno. Puede ser platónico. Puro, sin mezcla de interés
o sensualidad. Romántico, celoso, comprensivo, osado, adulador, desmedido.
Hace cosas increíbles,
imaginas que llegas a lugares bellos adonde hay paisajes jamás vistos, ríos con
hermosas cascadas y te detienes allí, te sumerges, dialogas con la pareja amada y conoces sus
gustos e intereses y los satisfacen en parte.
Esta pasión es el tema más común del que hablan las personas y, sobre
todo, es lo más perseguido por el ser humano, es un sentimiento tan potente que
mueve montañas, hace reír, llorar, temblar, correr, quedar estático, mudo.
Hace magias, pues son varias las
noches con insomnios o soñando maravillas con tu pareja, en ocasiones contraes
nupcias y pasas la luna de miel en otro país y disfrutas a plenitud hasta
despertar casi a punto de una asfixia con la almohada abrazada, ya rasgada de
tanto apretarla y de besarla a más no poder…
La naturaleza de forma
evolucionista creó el sentimiento del amor que hace que dos personas (de
distinto sexo) se sientan muy atraídas para que así estén juntas, compartan
esa pasión, procreen y garanticen la perpetuidad
de la especie, pues genética y biológicamente ese es el fin del amor de la
pareja.
Infinidad de lugares como la
hierba, hasta mojada por el rocío, las playas, los ríos, los bosques, bajo la lluvia, en desvanes, entre
otros, son usados por los verdaderos enamorados, esos que consideran a esta
pasión como una locura, y hacen sus “nidos” en los que han concebido a sus descendientes.
Aunque tengan
hijos, no todo amor es perdurable. Cuando comienza fuerte, casi nunca dura para
siempre, y no es que la magia se extinga, esto significa que es algo normal y su
permanencia es relativamente corta.
El verdadero amor
es cuando quieres a tu pareja, la deseas, le dedicas la debida atención, le
tienes cariño, confianza, realizas esfuerzos para mantener viva la llama de este sentimiento, pues
siempre aparecen situaciones difíciles que hay que saber soportar, así como el
momento y el lugar idóneos para analizarlas.
¿Que si el amor
perdona la traición?
Bueno, depende, porque cada matrimonio es un
mundo aparte y sabe lo que es capaz de soportar, son múltiples los que han
perdonado… Lo cierto es que aunque existan diversas opiniones y cientos de críticas,
los enamorados actúan según sus intereses y necesidades sin importarles el qué
dirán, pues son responsables de sus actos, y como dicen algunos “el enamorado
lo mismo se vuelve loco que se pone bobo”.
Compartir la tristeza, el
dolor y las alegrías, son cosas del amor, como lo son, también, los deberes de
la familia, del hogar, la responsabilidad de la escuela de los hijos y del
trabajo de cada cónyuge.
Algo que no debe faltar a una
pareja para mantener su relación es buscar paz, comprensión, luchar por llevar
una vida feliz. Cultivar diariamente esa pasión y
abonarla es lo mejor para que perdure; muchos detalles contribuyen a ello: la
convivencia familiar en armonía, la sinceridad, las caricias, la entrega de una
flor, un beso inesperado, un abrazo, un poema… Seguro que con estos
procedimientos y con el decurso del tiempo, se llega a las bodas de Bronce, Plata
y Oro.
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