domingo, 10 de mayo de 2015

Madre mía








¡Madre, cuánto daría por tenerte en este día tan especial!, pero el destino quiso que abandonaras a tus ocho hijos y nietos, algo que estaremos lamentando toda la vida, porque eras lo más importante, lo más puro y lo más lindo.
Nos haces mucha falta, tu presencia era la energía, el motor impulsor para seguir adelante. Tus consejos, una conversación de cualquier tema y una sonrisa, no imaginas el valor que tienen.
Con tu pelo blanco, tus manos delicadas como una quinceañera, y sentadita en tu sillón, quizás poniendo un botón o haciendo un dobladillo, quisiéramos verte, así, como nos acostumbraste, porque  necesitamos, además, tu mirada, y tu risa, esa que irradiabas cuando uno de tus hijos te decía algo para  provocarte ese regocijo, o cuando veías algún programa humorístico en la televisión, algo predilecto para ti, como lo eran también los musicales y los deportivos como el béisbol, el que disfrutabas a plenitud.
Madre, cuánto te extrañamos, porque eres el amor más puro y verdadero que ha creado la naturaleza. Eres el amor eterno, la más linda flor. Estás entre nosotros, jamás te olvidaremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario