sábado, 7 de marzo de 2015

Mujer cubana







Aquellos apelativos para referirse a ti, mujer de “pelos largos e ideas cortas”, “ reinas del hogar”, y “esclavas del amor”, junto al de sexo débil en su fuerza física y mental, hace mucho tiempo quedaron atrás  en Cuba. 
Alcanzaste tu plena igualdad a partir de 1959. Con la Revolución dejaste atrás la discriminación de la cual fuiste objeto durante años y por tus esfuerzos estás en el lugar que mereces en la sociedad.
Te emancipaste totalmente. Fuiste abanderada en el estudio y el trabajo, lo que condujo a que ocuparas los primeros lugares en las diferentes áreas económicas y sociales: la salud, la educación, la ciencia, la defensa, la biotecnología... 
Hoy, además  de maestra, directora, miliciana, campesina, delegada, enfermera, médica, camionera, escritora, periodista, gerente, funcionaria, presidenta, dependienta, deportista… cumples con tu responsabilidad  de madre, esposa; llevas sobre tus hombros el cuidado de la familia,  célula básica de la sociedad, la educación de tus hijos, y la labor doméstica, independientemente de lo logrado en términos de equidad.

Trabajas, te esfuerzas, luchas y logras múltiples resultados en el hogar y la vida social y laboral donde te desarrollas.
Cumples misión en otros pueblos del mundo necesitados de tu colaboración, y lo haces con amor y total entrega, a pesar de la distancia y la nostalgia que causa alejarse de los seres queridos y de la Patria que te vio nacer.
Tú, mujer cubana, calificada como la perla del Edén, no solo participas en la construcción de una nueva sociedad, sino que decides y moldeas con tus conocimientos y total entrega ese futuro con el que siempre has estado muy comprometida.
 Eres el ser más importante. Donde estés,  hay alegría. De los  jardines del mundo, eres la más linda flor, sí,  porque irradias y reafirmas la belleza, fundamentalmente la  que llevas por dentro. Sin tu presencia no hay obra perfecta.



No hay comentarios:

Publicar un comentario