sábado, 7 de marzo de 2015

Mujer


“No es que falte a la mujer capacidad alguna de las que posee el hombre, sino que su naturaleza fina y sensible le enseña quehaceres más difíciles y superiores”.
                                                José Martí  (El más universal de los cubanos)









Mujer, cuánto encierra esta palabra: dedicación, grandeza, voluntad, incansable, altruismo, perseverancia, amor.
 Tú,  maestra, enfermera, médica, periodista, gerente, manicura, peluquera, modista, estomatóloga, recepcionista, o… llevas sobre tus hombros la responsabilidad de la familia, la educación de tus hijos y las labores domésticas, todo ello unido a los deberes para con tu pareja.
Combinas el estudio con el trabajo, algo muy difícil de llevar, pero lo haces por la importancia que tiene para tu futuro y el de tus retoños, además de ser un buen  ejemplo para ellos. Todos los días de la semana son iguales para ti, el ajetreo en casa es el mismo, apenas puedes ver la televisión.
Tú,  jubilada o ama de casa no escapas del constante trajín,  aunque no es igual porque cuentas con más tiempo, pero se te suman otras  tareas  como el cuidado de los nietos, bisnietos, sobrinos; en el hogar asumes otros quehaceres no menos importantes, el descanso es poco.
¿Tu nombre?: Margarita, Rosa, Miosotis, Jazmín, Dalia… No respondes a ninguno de ellos y son nombres de flores, no importa, porque tú eres una flor, la más bella y perfumada del jardín más extenso del mundo.
Las actividades que ejecutas constituyen motores impulsores y estimuladores. Son factores que contribuyen a una realización en el plano espiritual y un crecimiento de tu personalidad que te hace imprescindible.
Mujer, eres alegría, amor, comprensión, ternura, en fin, eres lo mejor, lo más lindo y lo más importante que ha creado la naturaleza. Tú representas la vida  misma.







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