viernes, 31 de marzo de 2017

Cuando la depresión aparece tras el parto


El nacimiento de un niño es siempre un regalo que marca la vida de una mujer, sin embargo a veces causa inquietud y agotamiento. No se trata de ser mala madre, como algunos seguramente imaginan. Se calcula que tras el parto entre un 70 y un 80 por ciento de las féminas experimentan ansiedad, tristeza, irritabilidad, cambios de humor, cansancio. 

Según los especialistas, esta melancolía es normal y desaparece en unos 10 días después de dar a luz. Cuando se extiende por más tiempo, y es tan intensa que impide realizar diariamente las tareas (puede aparecer al cabo de varios meses) se está en presencia de una depresión posparto.
Este trastorno no tiene una causa única; intervienen varios factores físicos y emocionales. Las alteraciones hormonales posteriores al parto ocasionan un cambio repentino del estado emocional que puede desencadenar la depresión. Otra causa es el agotamiento y la falta de sueño que hacen más difícil enfrentar las tareas.
Entre los factores emocionales causantes de la depresión es el embarazo no planificado, un parto prematuro, la pérdida de libertad, la preocupación por el atractivo físico y la falta de ayuda. A ello se suman los mitos sobre la maternidad que colocan a la mujer en una posición de buena madre, por instinto, o que el vínculo afectivo entre ella y su bebé es inmediato.
En realidad la fémina debe aprender a desempeñar su nuevo rol materno, y en muchos casos lleva tiempo establecer el vínculo afectivo con el niño; algunos bebés dan más trabajo que otros y no existe la madre perfecta.
Es importante diagnosticar y tratar de manera oportuna la depresión posparto. Aunque tiene un buen pronóstico, debe ser atendida desde los primeros signos para que no se alargue en el tiempo. A veces son leves los síntomas y es posible que baste con un descanso apropiado y el apoyo de la familia. En el caso de las mujeres muy afectadas, que no pueden llevar una vida normal, requieren asistencia profesional.

                                            Tomado de 26.     Escrito por Misleydis González Ávila

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