domingo, 2 de julio de 2017

Pero fueron a la Cucalambeana










 Transcurría el año 1969 del pasado siglo, y en la avenida Aeropuerto, un matrimonio joven aguardaba la llegada de la Jornada Cucalambeana para disfrutarla a plenitud. Al fin el momento del festejo dijo, estoy aquí.

Pasó el primer día y nada, la esposa preguntaba constantemente, ¿cuándo vamos a ir? Él respondía cualquier cosa menos lo que le preguntaban, y hasta se confabuló con un primo, ambos machistas a más no poder, y planificaron salir sin sus damas, estaban tramando una escapadita con chicas de otro reparto.

El día que ella lo sorprendió haciendo planes con el pariente, discutieron, luego de dimes y diretes, él le ordenó que no iría porque estaba lloviendo y había mucho fango. No obstante, cuando escampó, él aprovechó y salió de cuello y corbata, la esposa lloró y lloró, sabía que algo se “cocinaba”.

Salió el señor, y en compañía de su primo fueron para la parada de la guagua, esta demoraba, lo que dio lugar a que pasara un camión a toda velocidad y los bañara con fango y estiércol, porque habían pasado algunas reses por la carretera y saciaron sus necesidades en ese lugar y con la lluvia… ¡Qué cosa más simpática!, parecía un castigo.

Cuando llegó a la casa, ¡tremendo escándalo!, los hermanos, con la nariz tapada, reían, la esposa se levantó y se puso las manos en la cara, pero rápidamente le dijo que se quitara la ropa para dejarla en agua y después lavarla; fue un espectáculo que de alguna manera le vino bien a la pareja, pues se olvidaron de la riña.

Al siguiente día el matrimonio salió temprano, ellos no podían esperar a que algo fuera a impedir su asistencia al guateque, y por fin lo lograron; escucharon y bailaron música campesina, participaron en diferentes actividades, disfrutaron de lo que tanto deseaban. Hubo dificultades, pero fueron a la Cucalambeana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario