Llegó septiembre, noveno mes
del año, y la alegría de los infantes, adolescentes y jóvenes invade calles y
escuelas, comienza el curso escolar
2017-2018.
Muchos continúan, otros cambiaron de enseñanza.
Algunos que inician el Prescolar lloran, pues es la primera vez que se separan
de sus padres, de su hogar, de la familia; pero todo pasa, dentro de unos días
se acostumbrarán.
El abrazo, los comentarios y
las anécdotas de lo vivido en las vacaciones no se hacen esperar en el
reencuentro. La playa, el campismo y diferentes lugares de esparcimiento y
recreación son rememorados; quizás sean temas para redactar párrafos, bonitas
excursiones u otros trabajos.
Los uniformes de los
pioneros, con esos lindos colores de la Bandera; las escuelas nuevas, la ornamentación de
todas y la base material de estudio y de vida, dan a los padres seguridad en
cuanto al bienestar de sus hijos.
Con el binomio escuela-familia
se podrá avanzar más en la calidad del proceso enseñanza-aprendizaje, y al culminar
el período lectivo no hay dudas de que la promoción será muy buena o excelente,
como la esperada.
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