Ella realizaba su práctica docente, él era su tutor. Con el decurso del tiempo se enamoraron. El matrimonio llegó. Luego, la dicha de tener dos hijas, Tatiana, estudiante de Medicina y Thalía, de la Enseñanza Secundaria Básica. Formaron una bonita y bien llevada familia.
Adita, como cariñosamente la llaman familiares y amigos, es una mujer simpática, amable esposa, excelente madre, estupenda hija. Pedro, muy buen padre y esposo; ambos, buenos y exigentes profesores.
Adalmaris Hernández y Pedro Silva son una pareja que cada día se consolida más, ello indica que entre matemáticos el amor es sin cálculos.
Bonito artículo, Marlene. Ellos se merecen eso y más. Besosss
ResponderEliminarGracias, Migda, así es, ellos merecen el reconocimiento de muchos, son excelentes personas y profesionales... Un abrazote
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