Recordando al Padre de la Patria

En el 144 aniversario de su caída en combate

En el empeño de lograr la emancipación, Cuba siempre contó con hombres valerosos, entre ellos, Carlos Manuel de Céspedes, el insigne patriota que el 10 de octubre de 1868, en su ingenio azucarero La Demajagua, inició la Guerra de los Diez Años al levantarse en armas contra el gobierno de España y proclamar la independencia. Les dio la libertad a los esclavos, a quienes dignificó con la condición de “ciudadanos”, y los incitó a participar en la lucha.

El Padre de la Patria, como lo bautizó su pueblo, alcanzó el grado de mayor general del Ejército Libertador y la responsabilidad de primer presidente de la República de Cuba en Armas. Fue destituido como tal en 1873. Estuvo al mando de 147 hombres, cifra que creció hasta cerca 17 mil seguidores.

A Céspedes lo abandonaron al final, no contaba con guardia alguna en la Sierra Maestra, allí sostuvo su último y desigual combate (1874) y cayó frente a las tropas españolas. La dignidad de no rendirse ante el enemigo y la disposición de morir de pie antes que vivir de rodillas, sería el legado dejado a los nacidos en esta Isla antillana.

Siempre recordaremos al Padre de la Patria, al valiente que perdió a su hijo, pero consideró que ese no era el único, que lo eran todos los cubanos que mueren por nuestras libertades patrias.

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