Contenido del vaso. |
“Por la noche le unto petróleo a la ventana, fundamentalmente en la madera, cuando cierro la casa y apago la luz, parece que buscan claridad para salir y se impactan con el cristal iluminado por las lámparas exteriores y caen en la parte embadurnada de combustible. Al otro día los recojo y deposito en esta vasija, fíjate que ya la he llenado y entregado tres veces a los integrantes de la Campaña Antivectorial, menos mal que no son Aedes aegypti, porque de ser así, ¡vaya problema!”.
Aleida Perea Licea, de 83 años de edad y vecina de la calle Mario Toranzo número 51-A, reparto La Victoria, Las Tunas, hace varios meses utiliza esta práctica tan sencilla como eficaz. Ella deja volar al mosquito, pero directo a la trampa, mediante la cual ya ha exterminado a cientos de estos zancudos.
Fotos: Yeison Hernández Ramos
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