viernes, 27 de enero de 2017

Homenaje a Martí periodista



Cómo no recordarte hoy y siempre si fuiste profundamente activo

como subrayó Fina García Marruz, “más que expresar lo americano se propone actualizarlo, aunque para ello tenga que sacrificar la inmovilidad de la forma y el cuidado de la vida”.

Todo lo que escribiste estaba destinado a impulsar la liberación de Cuba, a la necesidad de mantener la vida, y al honrado esfuerzo por ganarte el pan.

En unión de tu maestro Rafael María de Mendive, diste tus primeros pasos como periodista; con solo 16 años de edad, en La Habana, iniciaste la publicación del periódico La Patria Libre en el que podían encontrar expresión tus ideas libertarias. Solamente apareció un único número, el 23 de enero de 1869. En este vio la luz tu poema dramático Abdala, en el que presentas simbólicamente la lucha ya iniciada por Cuba y auguras la victoria final.

Maestro, dejaste tu sello de unidad, humanidad e independencia en muchos países y publicaciones. El presidio político en Cuba, tu incipiente obra de importancia escrita en prosa, la publicas en Madrid en 1871. El primer fragmento de esa obra aparece en el periódico La Soberanía Nacional, de Cádiz.

La Discusión, La República Ibérica, La Cuestión Cubana y El Jurado Federal, formaban parte de esa prensa que defendía ideales de justicia, con esta contribuiste, al igual que otros cubanos desterrados a España.

En México te revelas como periodista. Recomendado por tu amigo Mercado, formas parte, como colaborador, de la Revista Universal. En ese país te encuentras en un ambiente político y literario favorable, pronto ganas seguidores para la causa de Cuba, y la divulgación se erige en defensa de esa causa.

Es precisamente en tierra mexicana donde comprendes cada vez más las realidades de la que nombraste “Nuestra América”. Avistas la diferencia entre el carácter europeo y el americano; la imitación que se hace de todo lo que Europa crea: el pensamiento, el arte, las formas de vida social y de gobierno, la educación; sometimiento con el cual no estás de acuerdo. Piensas que nuestra educación debe tender a preparar al hombre de América, íntegro y consciente, plenamente americano; porque vivir del legado europeo y ser un eco, no puede bastar.

En México descubres al indio, y alzas tu voz advertidota para hablar de él: Hay que echar a andar al indio para que América pueda marchar adelante; hay que despertar de su espanto a la gran raza dormida.

No podías callar ante una palabra que consideraras ofensiva, y con la La Colonia Española sostuviste una polémica en defensa de la causa de Cuba, pues esta revista hacía comentarios denigrantes, entre estos, había llamado ¨banderita¨ a la de Céspedes y sus seguidores. Y comentas: "Banderita no: bandera. Dignísima palabra que cobija a un pueblo que cuenta siete años de grandeza, que tiene héroes activos y mártires errantes; a la que sobran brazos que la empuñen; que para durar más tiempo tarde más tiempo en desplegarse, que para ser más respetada es más infortunada. Honrar, honra".


Para ti, el mejor homenaje en el aniversario 164 de tu natalicio. 


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