viernes, 27 de octubre de 2017

Camilo, hombre de pueblo








“Camilo fue el compañero de cien batallas, el hombre de confianza de Fidel en los momentos difíciles de la guerra y el luchador abnegado que hizo siempre del sacrificio un instrumento para templar su carácter y forjar el de la tropa... Camilo era Camilo, Señor de la Vanguardia, guerrillero completo que se imponía por esa guerra con colorido que sabía hacer”.


                                                             (Ernesto Guevara de la Serna)





Nació el 6 de febrero de 1932 en la barriada de Lawton, reparto Diez de Octubre, La Habana. Sus padres, Ramón Cienfuegos Flores y Emilia Gorriarán Zaballa, eran anarquistas españoles, oriundos de Pravia, Asturias, y de Castro Urdiales, Cantabria, respectivamente.


El Héroe de Yaguajay fue expedicionario del yate Granma y uno de los pilares fundamentales de la gesta armada que derrotó a la tiranía batistiana.


Los combates de Bueycito, El Hombrito y Pino del Agua, cuentan con la figura de Cienfuegos. Su valentía y arrojo contribuyeron a formar el mito del “Señor de la Vanguardia”.


Camilo, Fidel Castro, Che Guevara, Raúl Castro y Juan Almeida, paradigmas de la Revolución Cubana, tenían muy buenas relaciones, existía entre ellos una confianza total. Luego del triunfo de 1959, el comandante Cienfuegos formó parte del alto mando del Ejército Rebelde como jefe supremo.


La humildad, sencillez y sonrisa franca hicieron del guerrillero un ser humano muy querido. Su popularidad se comparó con la del líder Fidel Castro Ruz. El hombre de espesa barba y sombrero alón llevaba una vida de tanta acción e intensidad que a veces se reía y decía: “No sé si esto es un sueño o realidad”.


En su último y breve discurso del 26 de octubre de 1959, para condenar el atentado perpetrado por contrarrevolucionarios que vinieron en aviones desde los Estados Unidos y ametrallaron La Habana, expresó: (…) que no piensen los que envían los aviones, que no piensen los que tripulan los aviones que vamos a postrarnos de rodillas y que vamos a inclinar nuestras frentes. De rodillas nos pondremos una vez, y una vez inclinaremos nuestras frentes, y será el día que lleguemos a la tierra cubana, que guarda veinte mil cubanos para decirles: ¡Hermanos, la Revolución está hecha, vuestra sangre no cayó en balde!


Camilo Cienfuegos adoraba a los niños, a su pueblo; por tanto, cada 28 de Octubre los pioneros, estudiantes de distintas enseñanzas y otras personas de diferentes edades, le rinden homenaje de forma especial: echan flores al mar, ríos, arroyos…, pues él, con solo 27 años, desapareció en el mar Caribe, justamente ese día, pero de 1959.


El Héroe de Yaguajay era un hombre de pueblo.
























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